El siguiente paso dentro de la industria de la peluquería son los tratamientos capilares, introduciendo una línea de crema suavizante para el cabello en el año 1950. Así Sedinor, el nombre de la crema, se convierte en un referente en el cuidado del cabello de esa época.
Siguiendo su carácter innovador a finales de la década de los 50 lanza su línea de coloración en crema, toda una revolución, pensada para mejora las aplicaciones en la peluquería profesional.
A mediados de los años 60’ se abre la primera fábrica de Kin, donde al poco tiempo ya se incorpora la 3ª generación de la familia Bosacoma, aportando importantes avances en la gestión de la marca, que crece a pasos agigantados. Es aquí donde nace una de las líneas de tratamiento más conocidas y que a día de hoy tiene mejor acogida en el sector, Kinactif, los tratamientos para el cabello de uso profesional.
Llegados los años 80’ otra incorporación de la familia potencia el I+D dentro de todo el proceso de creación de productos. Este hecho potencia el crecimiento, incorporando nuevas líneas de coloración y obligando el traslado de sus instalaciones de producción a un espacio más grande.
En la última década del milenio Kin se traslada a sus instalaciones actuales e incorpora ya la 4ª generación dentro de la empresa, motivando aún más la expansión internacional. De esta forma se llega a más de 30 países durante los primeros años 2000 como México, Francia o Portugal.
De esta forma llegamos a la última década. En estos últimos diez años Kin ha renovado su imagen y ha empezado a realizar productos más naturales, donde destacamos la línea Kinessences con una filosofía “sin”.